Historia del movimiento estudiantil alemán (1946-68)

Universidad negativa | 11:21 | 0 comentarios

Por Uwe Bergmann
Digitalizado de La Rebelión de los estudiantes. Editorial Ariel. 1976.
Título original: Historia del movimiento estudiantil
_____________________________________________________________________________



INTRODUCCIÓN

Con este capítulo se pretende dar una visión de conjunto de la historia de la FU* de Berlín y de los más recientes acontecimientos ocurridos en ella. No es un tratado que pueda satisfacer las exigencias del gremio historiador. Tiene que servir ante todo para ofrecer al lector la posibilidad de una orientación en el sucederse de los acontecimientos: al leer los capítulos siguientes, en los cuales los hechos se exponen más de una vez al margen de la cronología, desde el punto de vista de la problemática sistemática, el lector podrá retrotraerse a este capítulo para fechar los datos. Pues la sucesión temporal y la conexión política de los acontecimientos históricos no son cosas idénticas. Por eso, y a pesar de estar constreñido a una cronología esquemática, este capítulo, a través, sobre todo, de la selección impuesta por la brevedad, intenta exponer los acontecimientos y su sucesión de tal modo que se presenten en la concreta lucha de los estudiantes de la FU los problemas principales de los que se ocupan los capítulos siguientes sistemáticamente y con la intención de elaborar y explicitar las perspectivas político-sociales de la rebelión de los estudiantes.

* FU: Freie Uníversitat [Universidad Libre]. (Las notas introducidas por asterisco pertenecen al traductor.)

LA FUNDACIÓN DE LA FU DE BERLIN

El 29 de enero de 1946 la administración militar soviética (AMS) y la administración central alemana de la educación popular reinauguraron la universidad de Berlín en los edificios de la vieja universidad de Federico-Guillermo, en el sector soviético de la ciudad. Los tres aliados occidentales parecieron desinteresarse relativamente del proyecto.
Aunque no se podía hablar aún de autoadministración universitaria en aquella época, de todos modos los profesores y los estudiantes podían ya dar por supuesto que, tras un breve período de transición, la universidad de Berlín conseguiría el estatuto de una corporación de derecho público. En 1945 había habido ya conatos de autoadministración estudiantil, al formarse la Comisión Central de los Estudiantes de Berlín, que poco tiempo más tarde se disolvió en el marco de la administración cultural de la zona de ocupación soviética (ZOS). El Grupo de Trabajo Estudiantil que se constituyó muy poco después, y fue la única organización estudiantil autorizada en la universidad de Berlín, se concibió a. sí mismo como precedente directo de una representación estudiantil que había que elegir. A partir de 1946 se eligió en esta universidad un consejo estudiantil, con muy alta participación en el voto: 75 por ciento. La gran participación que se tuvo también en los semestres sucesivos* se explica probablemente por el número relativamente reducido de estudiantes, los cuales constituían una unidad fácil de dominar con la mirada y en la cual fueron muy pronto conocidos los pocos estudiantes políticamente activos. Aunque las posibilidades de influencia del consejo estudiantil eran escasas y, además, no estaban fijadas estatutariamente de ningún modo, el organismo intentó intensamente y con algún éxito influir por lo menos en asuntos de becas y admisión en la Universidad.

*Durante el año, la universidad alemana desarrolla tradicionalmente dos cursos «<semestres», uno de invierno, que dura poco menos de seis meses, y otro de verano que dura tres meses.

Con objeto de evitar que el estudiantado se compusiera, como había ocurrido hasta entonces, de hijos de familias burguesas en su mayor parte, la universidad de Berlín prefirió en muchos casos las solicitudes de jóvenes de familias obreras y campesinas, así como de familias con un pasado antifascista. Como las plazas eran limitadas, este procedimiento produjo numerosos casos difíciles que suscitaron la crítica de los represeantantes estudiantiles. Además, en todas las universidades de la ZOS, también en Berlín, se ordenó la práctica de cursos obligatorios de tema político-social, al principio bien acogidos por el estudiantado porque representaban un elemento cualitativamente nuevo en la universidad alemana. Pero cuando el SED* fue poniendo la fidelidad de los docentes al partido por encima de su calificación científica, los estudiantes reaccionaron con desinterés y con disgusto a aquellos cursos. Esta crítica encontró su portavoz en la revista estudiantil Colloquium, fundada en 1947 con licencia americana y que por esos años publicó constantemente informes críticos acerca de la situación en las universidades y escuelas superiores de la ZOS.
Los conflictos así iniciados estallaron abiertamente el 18 de abril de 1948, cuando el presidente de la Oficina de Educación Popular, Paul Wandel, comunicó a los directores de Colloquium, Otto Hess (SPD) y Joachim Schwarz (CDU),** así como al colaborador Otto Stolz (SPD), que quedaban tachados de la lista de los estudiantes «por haber lesionado con su actividad publicística la decencia y la dignidad de la universidad». El consejo estudiantil protestó contra esa expulsión sin procedimiento disciplinario, pero no encontró prácticamente apoyo entre los miembros del cuerpo docente. Varios profesores llegaron incluso a aprobar explícitamente la medida contra los estudiantes, porque entendían como grave falta de disciplina lo que había sido el pretexto de la expulsión, a saber, una nota de Colloquium sobre el atuendo y el comportamiento de funcionarios durante una solemnidad académica.

* SED: Sozialistische Einheitspartei Deutschland [Partido Socialista Unificado de Alemania].

** SPD: Sozialdemokratische Partei Deutschland [Partido Socialdemócrata de Alemania]; CDU: Christlkh-Demokratische Union [Unión Cristiano-Demócrata).

Como consecuencia de esos hechos, el 23 de abril de 1948 se reunieron en el Hotel Esplanade, sector oeste de la ciudad, más de 1.000 estudiantes y exigieron una universidad nueva y libre. En esa asamblea el jurista profesor Landsberg aseguró a los estudiantes que intervendría en favor de sus reivindicaciones ante la asamblea municipal. Ya hacía tiempo que el SPD quería fundar una universidad sustraída al ámbito de influencia del SED y de la AMS. La comisión de política cultural de la fracción parlamentaria del SPD negociaba desde 1947 con las autoridades dé ocupación británicas la ampliación de la TU.* En el acta de una de aquellas reuniones se lee que «la situación actualmente producida por la expulsión de los tres estudiantes se tiene que aprovechar de todos los modos imaginables para realizar la exigencia de una universidad independiente en Berlín».
El 11 de mayo la asamblea municipal decidió por 83 votos a favor, 17 en contra y 5 abstenciones la construcción de una universidad en Berlín-oeste. Aunque la AMS vetó la resolución, el SPD particularmente siguió negociando con los británicos y los americanos acerca de la posibilidad de una nueva universidad. Como las autoridades americanas preparaban planes análogos ya desde 1946, pudieron prometer en seguida a los negociadores edificios de la antigua Sociedad Kaiser Guillermo, situados en Berlín-Dahlem, y un apoyo financiero de 1.900.000 marcos procedentes de periódicos con licencia americana.

*TU: Technische Universität [Universidad Técnica]

Una asamblea, presidida por el alcalde Reuter y el posterior rector de la FU Redslob, eligió el 19 de junio una comisión preparatoria que se enfrentara con los problemas prácticos de la fundación de la universidad. Un mes más tarde esta comisión dirigía a la opinión pública un llamamiento para que apoyara el proyecto.
Hasta aquel momento las autoridades americanas habían sido bastante reservadas, con la esperanza de mantener abierta una posibilidad de acuerdo con la comandancia soviética, pero el bloqueo realizado por los soviéticos les permitió poner finalmente en práctica sus planes de creación de instituciones propias pro-occidentales. El general Lucius D. Clay se puso entonces abiertamente en favor de 'la fundación de la FU.
La nueva magistratura de Berlín-oeste, constituida en septiembre de 1948, tras la división de la ciudad, por el SPD, la CDU y el FDP* aprobó el 4 de noviembre el· 1948 los estatutos de la FU. El 15 de septiembre recibieron las primeras solicitudes de admisión, y una semana más tarde se decidían las primeras admisiones. La inauguración solemne se celebró el 4 de diciembre en el Titania-Palast; la FU empezó sus cursos el semestre de invierno de 1948-1949 con 2.140 estudiantes matriculados.
Los estudiantes de Berlín occidental, al igual que In población, tenían una consciencia política precisamente antitotalitaria, pero su expresión política era meramente anticomunista. En la amenazadora situación del bloqueo, antitotalitarismo y anticomunismo parecían lo mismo, y toda diferenciación resultaba superflua. Del mismo modo que el estudiantado de la FU resultaba solidario, con independencia del tipo de compromiso político de cada cual, cuando se trataba de admitir privilegiadamente en su centro a estudiantes rechazados por la universidad de Berlín, así también se unieron contra la amenaza «común» las instituciones políticas y públicas incluidos los sindicatos. A este respecto se lee en las actas del V Congreso local del SPD, celebrado en 1948: «el informe de la presidencia presentado por Kurtt Mattick trató de la orientación y el principio de la táctica para Berlín. Mientras que en Alemania occidental aparece en primer término la pugna política de clase, ésta queda recubierta en Berlín por la necesidad de una lucha común por la libertad».

* FDP; Frei-Demokratische Partei Deutschland [Partido Liberal Democrático de Alemania].

No sólo de Berlín-este llegó crítica al espíritu anticomunista de la FU. En el periódico de la universidad de Gotinga escribía Horst Ehmke en 1949: «No nos ocultemos que la cruzada anticomunista del oeste -en la cual la FU de Berlín ha asumido la función de estandarte académico- se debe en gran parte a la inseguridad y la perplejidad de occidente». El profesor Peters, diputado demócrata-cristiano en el parlamento municipal de Berlín-este y decano de la Facultad de Derecho de la universidad de Berlín-este, calificó a la FU de «universidad de guerra» cuya misión consiste en destruir la universidad que se encuentra en el otro sector de la ciudad. y Ernst Tillich advirtió en el Telegraph: «La fundación de una universidad no puede deberse sólo a la voluntad de defensa política. La contraposición al comunismo es tan insuficiente como lo fue en su tiempo el antifascismo».

EL “MODELO BERLINÉS”

La función de las universidades alemanas durante el dominio fascista y las propias experiencias de los fundadores de la FU con el stalinismo condujeron a la exigencia de una reforma, ya más que oportuna, de la universidad y de los estudios. La salida de la universidad de Berlín y el experimento que era la FU representaron para gran parte de los estudiantes la realización de una universidad democrática en la que poder estudiar y actuar con libertad en la ciencia y la política, sabiendo que no es posible el trabajo científico sin una reflexión libre acerca de las condiciones políticas del mismo, acerca de la determinación de la función de la universidad en la sociedad. Uno de los estudiantes fundadores, KIaus Heinrich, se expresó al respecto del modo siguiente en un discurso radiado:

La nueva universidad se llama libre porque ha sido fundada contra la coacción; jamás se cansará de repetir esto aquel que haya contribuido a fundada o que haya asistido a su fundación. Coacción era para nosotros entonces la quintaesencia del período nazi, era la coacción inmediata, la que aplasta físicamente, y. la mediata, la que escinde la lengua y funciona sin ruido. Y ahora la coacción y la constricción se nos presentan en el centro de la nueva y vieja universidad, en el centro de la ciudad arrasada [ ... ] Aquí, pensamos entonces, en esta FU de esta ciudad de Berlín, vamos a poner el comienzo de la gran reforma general de la universidad. La desconfianza que nos manifestaban los demás nos enorgullecía. Veíamos nacer lo que no surgía en ningún otro lugar de Alemania; no, desde luego, en las universidades de las tres zonas que intentaban renovar In vieja comunidad, la comunidad restauradora de las viejas corporaciones estudiantiles, pero sin admitir derechos de intervención algunos de los estudiantes en su corporación; ni tampoco en las universidades de la otra zona en la que ya nos estaba prohibido entrar y que tenían sus propias formas de una restauración de la coacción [...] Nos considerábamos vanguardia de las universidades alemanas.1

Conatos de una nueva idea se manifestaban en la autoconsciencia de la FU. «Comunidad de docentes y discentes» tenía que significar que todos los miembros de la universidad, los docentes, los ayudantes, los estudiantes, son colegas y colaboradores con los mismos derechos en la producción universitaria de la ciencia. Los estudiantes estaban representados con voz y voto en todos los gremios decisorios de aquella universidad aún pequeña. Las opiniones divergentes no se eliminaban al principio mediante votación formal, sino que se clarificaban en discusión colectiva. La universidad estaba dispuesta a entender como cosa propia la iniciativa y las ideas de los estudiantes. Las corporaciones estudiantiles tradicionales, restablecidas como elemento de restauración político-social en las zonas occidentales, estaban estatutariamente prohibidas en la FU y no podían actuar en ella.2 Además del reproche de ser una «universidad de guerra» y del intento, incomprensible para muchos catedráticos, de reconocer a los estudiantes un derecho de voto institucionalizado, la recusación de aquellas ligas estudiantiles «tradicionales» fue una de las objeciones capitales presentadas por las universidades del oeste alemán contra el experimento berlinés. Como la FU creció muy deprisa y se vio, por lo tanto, necesitada de la afluencia de catedráticos del oeste, y como por miedo de quedar aislada aspiraba al reconocimiento por las universidades de Alemania occidental, muy pronto las decisiones y los nombramientos no se atuvieron a las ideas de reforma presentes en los comienzos de la FU, sino que se movieron en el sentido de una adaptación a las universidades alemanas de la restauración en el oeste. En este proceso de adaptación que se insertaba en la integración política y social, cada vez más intensa, de la ciudad en la República Federal de Alemania (RFA), las reformas ya conseguidas en la FU resultaron, por el contrario, incómodos obstáculos. Particularmente la Facultad de Derecho sufría una grave falta de catedráticos, pues ninguno de los de la universidad de Berlín había acudido a la FU, y los juristas de la Alemania occidental no mostraron durante largo tiempo tendencia alguna a enseñar en aquella universidad. La Facultad de Derecho fue la primera en eliminar el derecho de voto de los estudiantes en los llamamientos.* En 1952 la comisión jurídica y constitucional se componía ya sólo de tres catedráticos, pese a que en 1950 -fecha en la cual constaba de dos catedráticos y un estudiante- se le había atribuido una función decisiva va en la reforma en curso de la universidad. En realidad, esta comisión contribuyó decisivamente a integrar la FU en el derecho universitario de la tradición alemana, el cual entiende la libertad de la ciencia meramente como poder decisorio intrauniversitario de los catedráticos numerarios. Sobre esto dijo Ulf Kadritzke en una conferencia dada durante las jornadas universitarias de 1967:

Con este equipo jurídico-universitario, la FU, como todas las universidades de la Alemania occidental, entró en una fase de desarrollo sin concepto que se realizó inevitablemente como compromiso constante entre la arbitrariedad fiscal de una administración estatal sin el menor interés por las inversiones en la educación, que son a largo plazo, y las necesidades de formación de un número creciente de bachilleres. Una de las consecuencias negativas de ese desarrollo expansivo fue la proliferación de una burocracia universitaria que tomó en sus manos los asuntos tradicionalmente estudiantiles, sustrayéndolos así a todo control externo. Las posibilidades de influencia estudiantil tenían que disminuir decisivamente por el hecho de que los derechos de codecisión de los estudiantes en la FU se habían limitado desde el principio a los planos superiores de la administración universitaria, a causa del encalla miento de la reforma general de la universidad.
Los verdaderos problemas cuya solución o cuyo dilatorio arrastrarse afectaban decisivamente a los estudiantes en su formación no se discutían ya en el senado académico, sino en las facultades, y muy particularmente en las diversas especialidades y en los institutos. Y en estos planos se sustraen a todo control público universitario. «Las cuestiones en las cuales el catedrático numerario no consigue la universal coincidencia de todos sus subordinados se quedan sin resolver o se resuelven saltándose la autoadministración.»3 Resultado visible es que lo que Becker y Kluge han llamado «autocontrol vacante de la ciencia», causado por la falta de una reforma de la universidad,. perjudica ante todo a los estudiantes en cuanto interesados en su propia formación. Pues los estudiantes van cayendo en una situación de creciente dependencia respecto de decisiones que toman a la antigua usanza los catedráticos numerarios para cada sector de especialidad, sin percibir siquiera los intereses de los miembros subprivilegiados de la comunidad, ya que la distancia entre los docentes y los estudiantes en una empresa universitaria en expansión ha dificultado cada vez más la comunicación.

* Llamamiento de una universidad a un docente para confiarle (bajo contrato) una enseñanza. Es el sistema de provisión alemán.

Había fracasado el intento de crear una universidad con contenidos nuevamente determinados. La pretensión de la FU de constituir una comunidad libre de ciudadanos universitarios; capaz de reflejar la propia responsabilidad política colectiva, con la participación de todos, y con responsabilidad igual, en el trabajo científico y su organización, se mantuvo, sin embargo, en la institucionalización que se suele llamar «modelo berlinés (d, pp, 324-325), aunque por de pronto la FU no la utilizó en absoluto en el sentido de los fundadores. Más tarde, esos conatos institucionalizados de universidad democrática resultaron ser, cuando los estudiantes criticaron de nuevo la universidad restaurada, presupuestos necesarios para poder dar a los conflictos intrauniversitarios la dimensión en la cual se manifiestan las contradicciones de la universidad burguesa, innegables desde el fascismo.

1. «Erinnerungen an das Problem einer freien Universität» [Recuerdos a propósito del problema de una universidad libre], en Das Argument, IX, nº 2-3 (julio 1967).

2. En 1963 los estudiantes de la FU confirmaron que no estaban dispuestos a tener como presidente del AStA (Allgemeiner Studentenauuschuss [Comisión Estudiantil General], la representación sindical de los estudiantes, reconocida por el estado) un estudiante de corporación. Una asamblea general lo depuso.


3. Nitsch y otros, Hochschule in der Demokratie [La universidad en la democracia], Neuwied, 1965, p. 53.


DISCUSIONES ACERCA DE LA ACTIVIDAD POLÍTICA EN LA UNIVERSIDAD,
1958-1964

La declarada intención de muchos estudiantes fundadores y de posteriores representantes estudiantiles era arrancar a los estudiantes de su letargo político, y condujo en el año 1958 a los primeros conflictos cuando, al debilitarse la tensión de la guerra fría, las manifestaciones políticas de los representantes del estudiantado dejaron de coincidir automáticamente con la política oficial de la ciudad de Berlín.
En los primeros años de la FU las declaraciones políticas de la representación estudiantil confirmaban realmente la tesis de que la FU había enarbolado el «estandarte' académico» en la cruzada anticomunista. Los comunicados y las resoluciones de esta época representan un consentimiento integral con la política oficial de la Alemania occidental y, por lo tanto, una recusación indiferenciada de la República Democrática Alemana (RDA). La primera convención estudiantil de la FU redactó en 1950 una resolución en la cual se decía: «[...] la representación estudiantil de la FU ha seguido atentamente el camino tomado hasta ahora por el gobierno federal y cree poderse adherir a la actitud del gobierno federal». En 1951 el delegado estudiantil Lorenz proponía (según acta literalmente citada) que «la representación estudiantil no se pierda en cosas formales; además de las pequeñeces de cada día hay que intentar enfrentarse con los grandes problemas que hoy interesan a toda la opinión pública. Cuestiones así son hoy en el marco del estudiantado la de la aportación alemana a la defensa de la Europa occidental y otras semejantes». El 17 de junio de 1953 los estudiantes llegaron a criticar la actitud de los políticos, en su opinión indecisa: «[hemos] expresado ante representantes de la prensa nuestra decepción por la reacción de Occidente [...] Las asociaciones juveniles de Berlín occidental han enviado además escritos comunes de protesta a los altos comisarios». Los estudiantes lamentaban el que los aliados occidentales hubieran prohibido una manifestación estudiantil con ocasión de los incidentes del 17 de junio. He aquí unas palabras al respecto de un delegado estudiantil: «Es triste que estuviera tan llena la sala en la sesión de la Convención del 17 de junio [...] Un día así, un estudiante no tiene nada que hacer en aulas ni en seminarios».
Pero al final de la guerra fría, cuando ya fue imposible absorber completamente mediante la crítica del stalinismo las energías críticas de la joven intelectualidad, los estudiantes de la FU empezaron a atender críticamente a la situación de su propia sociedad. Los conflictos que así surgieron se explican -entre otras cosas, pero no en último lugar- por el hecho de que la opinión pública berlinesa, para la cual la FU era una cuidada pieza de exhibición precisamente por su anticomunismo, reaccionó excitada e irritada contra el nuevo inconformismo. La administración de la universidad tuvo un fundado intentó yugular el compromiso político inconformista del estudiantado.
El 25 de junio de 1958 la Convención universitaria lidió llevar a cabo una encuesta entre los estudiantes acerca del armamento atómico del ejército federal; la decisión se obtuvo al final de una dura discusión y con sólo un voto de mayoría. El senado vetó esta resolución y prop uso por su parte un referéndum acerca de la disolución de la Convención o Parlamento Estudiantil. Intervinieron los representantes del rector -entonces ausente-, preocupados por la paz universitaria, y la Convención renunció a la encuesta «para mantener la paz académica y en consideración de lo reducido de su mayoría
Muy poco después se produjo un choque directo entre el AStA y el rectorado con ocasión de una ceremonia en celebración del décimo aniversario de la fundación de la FU. El rector consideró polémico el discurso del presidente del AStA, que le había sido presentado previamente, y prohibió que se pronunciara en aquella forma. Los representantes estudiantiles habían de limitarse a una salutación o no asistir al acto. Como el ASIA no se sometió a esa decisión, el rectorado cedió y el presidente del AStA habló acerca de contactos con el este, promoción del estudio, asambleas, corporaciones, el levantamiento húngaro.
A principios de febrero de 1959 la representación estudiantil consideró la posibilidad de una recogida de firmas entre los estudiantes para formular dos peticiones a la dieta federal [parlamento] contra la presencia de jueces, fiscales y médicos nacionalsocialistas en los servicios del estado. El rector vetó la discusión de este asunto de la Convención y aprovechó la ocasión para discutir de un modo general la cuestión de si y en qué medida los gremios de la autoadministración universitaria pueden votar resoluciones políticas. Se instituyeron comisiones del senado universitario para estudiar el problema de las manifestaciones de opinión política en general. A pesar de una encarnizada resistencia, la Convención aceptó esas comisiones por una escasa mayoría. Pero luego no se constituyó más que la comisión de educación política, y, en vez de formar también la otra comisión, el rector pidió a la comisión jurídica del senado académico, a la que no pertenecía ningún estudiante, un informe acerca de «los límites de la manifestación de opiniones políticas de la FU y de sus órganos». La comisión jurídica no reconocía en su informe más derechos a los gremios estudiantiles que el de formular opiniones políticas en cuanto preparación de la formación de la opinión y la voluntad relativas a los problemas discutidos en los gremios académicos (senado y facultades); eso significaba para la Convención que no podía deliberar sino acerca de aquellas cuestiones también discutidas en el senado académico o en las facultades, o sea -teniendo en cuenta la concepción corriente entre los catedráticos numerarios- sólo acerca de cuestiones situadas «dentro del marco de las tareas especiales de la universidad, a saber, la investigación, la enseñanza y la formación profesional».
En febrero de 1962 pudieron apreciar los estudiantes el real aspecto de esos límites de la expresión de opinión en la práctica. Mientras que en 1958 el senado había celebrado por razones de principio una colecta en beneficio de los refugiados argelinos, el rector rechazó ahora la cuestación de solidaridad con los refugiados y los estudiantes argelinos, votada por la Convención estudiantil el 9 de diciembre, apelando al citado informe de la comisión jurídica. La cuestación representa un acto político para el cual no está autorizada la representación estudiantil. Además, dada la situación de Berlín, hay que comportarse con particular circunspección. Y el apoyo a los refugiados argelinos es una toma de actitud política contraria al gobierno francés, el cual es una de las cuatro potencias protectoras de Berlín, por lo que no es posible jugarse su benevolencia política. El presidente del AStA declaró como respuesta a una carta que entre las tareas de la representación estudiantil se encuentra también «la de defender activamente la libertad del estudio para todos los estudiantes, en el marco de una solidaridad internacional del estudiantado, siempre que aquella libertad se ve amenazada y coartada». Pero el rector se limitó a remitir de nuevo al informe de la comisión jurídica. Por lo demás, las ulteriores protestas de la representación estudiantil fracasaron precisamente por el veto de los portavoces estudiantiles en el senado.
Algunos meses después se mostró lo rápidamente que el rectorado podía cambiar de actitud respecto de las manifestaciones de opinión política de la Convención estudiantil en cuanto que le parecía políticamente oportuno. El 6 de junio de 1962 la Convención decidía llevar a cabo una cuestación de solidaridad en favor de colegas de la RDA. El rector aprobó la colecta y rechazó la crítica de que con ello había entrado en contradicción con su decisión de febrero. Y como fundamento de su actitud adujo las íntimas relaciones personales y materiales de la FU con las personas a las que trataba de ayudar mediante la cuestación. Así se puso de manifiesto que el rectorado no rechazaba las tomas de posición políticas de los estudiantes en general, sino que sólo quería permitir una determinada tendencia. Mientras que en el caso de la cuestación pro-Argelia procedía según el «principio de neutralidad» y en el caso de la RDA según el de oportunidad, el rectorado volvió a la «neutralidad» política cuando en el verano de 1963 prohibió una recogida de firmas contra el trato dado en Hong Kong a los fugitivos chinos.

EL SEMESTRE DE VERANO DE 1965 Y LOS ASUNTOS KUBY Y KRIPPENDORFF

Para conmemorar el 20º aniversario de la victoria sobre el fascismo alemán, el AStA anunció una discusión de mesa redonda con la participación del profesor van Friedeburg, el periodista Krämer-Badoni y el escritor Erich Kuby sobre el tema «Restauración o nuevo comienzo: la República Federal de Alemania veinte años después». Aunque el rector había facilitado ya el auditorium maximum, decidió anular la autorización indicando que Erich Kuby había «difamado» la FU, razón por la cual le estaba prohibido desde 1960 tomar la palabra en ella. Kuby había dicho lo siguiente (en 1958):

Dentro de Berlín, en esta sala, volvemos a encontramos en un lugar especial, a saber, en la FU. Permítanme recordarles, y hacer observar a aquel que no lo haya notado todavía, que ese nombre expresa en realidad una extrema medida de libertad. Sólo nuestra situación básica, tan polémica, consigue disimular el hecho de que la expresión «universidad libre» cristaliza una relación antitética con la otra universidad berlinesa, la que no es libre, la que se encuentra más allá de la Puerta de Brandenburgo; y en mi opinión una tal vinculación antitética es absolutamente incompatible con las tareas científicas y pedagógicas de una universidad. Las universidades de la Edad Media eran sin duda lugares de extrema libertad desde el punto de vista del liberalismo, pero su constricción, su vinculación teológica, tenía una dignidad y una grandeza naturales de las que carecen la vinculación y la constricción que se expresan en el polémico nombre de universidad libre, contrafigura hermana de la cual es la universidad Humboldt.*

A causa de la prohibición rectoral, el AStA celebró finalmente el acto en la residencia estudiantil de la TU, pero, a diferencia de lo que había ocurrido en anteriores choques con el rector, esta vez la medida provocó ante todo una violenta protesta de los estudiantes. Hay que decir que también la conducta del rector en este caso era insólita y hasta nueva; antes el rector había tratado las manifestaciones políticas de la representación estudiantil de acuerdo con la oportunidad o según su deseo de neutralidad, argumentando, pues, por el contenido; pero en este caso apelaba a un concepto administrativista y formal, el derecho del rector como autoridad titular de los locales universitarios, que se convertía en fuente de un derecho de censura.
Los iniciadores de la protesta contra esa censura política, que se manifestó públicamente en el campus, fueron los representantes estudiantiles de la Facultad de Filosofía y los grupos políticos estudiantiles (LSD, SHB, SDS, GS, ES, DIS, HSU*, y el Club Argument). Los días 5 y 6 de mayo los iniciadores convocaron mediante octavillas a una reunión de protesta. Una delegación de esta asamblea presentó al rector la reivindicación de poder «oír a cualquier persona, acerca de cualquier tema y en cualquier momento, y discutir con ella». El rector rechazó la reivindicación. A raíz de esto las acciones de protesta de las semanas siguientes fueron ya obra de una gran parte de los estudiantes. Una semana después de la asamblea de protesta habían firmado la reivindicación más de 3.000 estudiantes, y estudiantes no organizados llevaban ya pancartas ante los edificios de la administración académica e informaban a la prensa. En otras octavillas de los grupos políticos universitarios se leía, entre otras cosas: «¿En qué consiste la comunidad de maestros y discípulos cuando la autoridad del rector sobre los edificios universitarios se utiliza contra el estudiantado y el derecho de éste a libre información y a crítica?» (Octavilla de nueve grupos estudiantiles). «¿De qué nos sirven las convicciones políticas si no podemos ponerlas en discusión precisamente donde las producimos, o sea, en la ocupación con la ciencia?» (Octavilla de los estudiantes americanos de la FU). El rector, en una toma de posición dada a la prensa, la radio y la televisión el 12 de mayo de 1965, declaró que la reivindicación de los estudiantes era «completamente irrea1» , y condenó todo intento de hacerle renunciar a sus derechos estatutarios por «medios pseudosindicales». Luego subrayó que él era el único responsable del orden en la universidad. El AStA y el Parlamento Estudiantil, o Convención, no intervinieron en la discusión pública sino después de estas declaraciones del rector. Tras una entrevista sin resultado del AStA con el rector, la Convención votó la resolución siguiente:

* LSD: Liberaler Studentenbund Deutschland [Liga de Estudiantes Liberales de Alemania]; SHB: Sozialdemokratischer Hochschulbund [Liga Universitaria Socialdemócrata], este nombre tomó la asociación al desprenderse del partido socialdemócrata, el SPD; SDS: Sozialistischer Deutscher Studenbund [Liga Estudiantil Socialista Alemana]; GS: Gewerkschaftliche Studentengemeinschaft [Comunidad Estudiantil Sindical]; ES: Evangelische Studentengemeinde [Comunidad Estudiantil Evangélica]; DIS Deutsch-IsraeIische Studentengemeinschaft [Comunidad Estudiantil Germano-Israelita]; HSU: Humanistische Studentenunion [Unión de Estudiantes Humanistas],

La universidad proclama en sus estatutos la comunidad de docentes y discentes en la libertad y en la independencia; como ciudadanos universitarios dentro de esta comunidad, los estudiantes y, por lo tanto, también sus representantes elegidos (la representación estudiantil), son responsables de sí mismos. Yeso quiere decir que la representación estudiantil decide libremente acerca de cómo contribuir al cumplimiento de su tarea estatutaria, la formación general, la cual incluye también la política. La Convención da mandato al AStA [...] para que consiga la confirmación de nuestro derecho a oír a cualquier persona, en cualquier momento y acerca de cualquier tema en nuestra FU.

El rector confirmó el principio del derecho de autoadrninistración de la representación estudiantil, pero volvió a rechazar, y también esta vez apelando a su autoridad sobre los locales, la concreta reivindicación de la Convención. Inmediatamente los estudiantes del Instituto Otto Suhr organizaron el 18 de mayo una huelga de clases seguida casi en un cien por ciento. La crítica pública, a la que se adhirieron algunos profesores, obligó al rector a hacer una nueva declaración en la que volvió a apelar al informe jurídico de 1960. El presidente del AStA contestaba por escrito el 24 de mayo de 1965:

Si el rector, apelando al aducido artículo 6 de los estatutos de la universidad en relación con el artículo 28 del reglamento universitario, entiende su derecho a representar la universidad hacia fuera y hacia dentro de tal modo que se considera responsable de todo lo que ocurre en esta universidad, entonces es que se ha abandonado inapelablemente la concepción de la universidad que hasta ahora se gustaba de describir con la fórmula «comunidad de docentes y discentes». Ésta me parece ser la significación de su escrito. Por vez primera pretende un órgano de esta universidad decidir, con independencia de todos los demás órganos, lo que ha de ocurrir o dejar de ocurrir en ella [...] El temor de que la reivindicación del estudiantado pueda favorecer a tendencias anticonstitucionales es también preocupación nuestra, en cuanto cura por los fundamentos de nuestra sociedad. Pero he de añadir que la idea de que el espíritu democrático no se puede proteger más que mediante el autoritario poder del derecho rectoral sobre los locales universitarios denota una desconfianza respecto de los órganos democráticos de control, desconfianza que el estudiantado condena. Profesores y estudiantes reconocieron juntos al fundarse la FU el principio del autocontrol democrático. Subrayo una vez más que el estudiantado no reivindica un desplazamiento de los derechos de los diversos órganos de la universidad, sino sólo la confirmación de su derecho al autocontrol democrático.

La representación estudiantil precisó su reivindicación general hasta hacer de ella una reivindicación política, una reivindicación realizable, a través de esa carta y de una resolución previa de la Convención en la que también se destacaban el control democrático y los preceptos jurídicos generales como protección suficiente contra el abuso de la libertad ilimitada de información y discusión.
A pesar de las contraposiciones ya manifiestas, la parte académica intentó mantener la ficción de la celebrada comunidad en la solemnidad de la apertura de matricula, ocurrida poco después. Pero cuando el presidente del AStA indicó en su discurso los límites del «modelo berlinés» y tomó una actitud crítica respecto de los recientes incidentes, tres profesores miembros del senado y el rector mismo le impidieron que siguiera hablando. Los representantes de los estudiantes abandonaron el auditorium maximum en señal de protesta, y el AStA declaró en una comunicación a la prensa:

Este incidente carece de precedentes en la historia de la FU. Nadie había puesto en duda hasta ahora el derecho de la representación estudiantil a tomar posición públicamente respecto de todos los problemas de la universidad. El AStA comprueba con preocupación que, tras la prohibición dictada contra un crítico extrauniversitario, ahora se limita también la libertad de palabra de los representantes elegidos del estudiantado. Esto es incompatible con la historia y la pretensión de la FU.

Otro «caso» más motivó la continuación de la discusión pública en la FU acerca de los métodos de la administración universitaria en la represión de las opiniones políticas incómodas para ella. Mientras que contra Kuby se había aplicado el derecho rector al sobre los locales universitarios y el presidente del AstA se había visto físicamente impedido de ejercer su crítica durante una solemnidad universitaria, esta tercera vez el rector procedió con todos los medios de poder del superior administrativo contra un miembro del cuerpo intermedio académico. Un ayudante del Instituto Otto Suhr, llamado Krippendorff, había publicado en el periódico Spandauer Volksblatt del 14 de mayo de 1965 una información aparentemente equivocada según la cual el rector se había negado a invitar a Karl Jaspers para el 8 de mayo en la FU: Aunque Krippendorff se, corrigió el 18 de mayo y se disculpo ante el rector, este le comunicó que su contrato, que expiraba a finales de septiembre, no se renovaría, lo cual equivalía a una expulsión. El rector violó todas las costumbres observadas en estos asuntos, pues no consultó ni al director en funciones del Instituto ni al catedrático numerario correspondiente a las materias de Krippendorff, el profesor Ziebura. Éste protestó en un memorándum contra la conducta del rector. Además de una grave «violación de la relación de lealtad corriente en la universidad entre el rector y los colegas», Ziebura veía también que «se trata de un precedente que puede tener importantes consecuencias para el futuro de la FU de Berlín», y que se podía temer que «el rector ha querido sentar un ejemplo con el caso Krippendorff, dirigido básicamente contra los profesores no-numerarios que se expongan políticamente».
En una asamblea plenaria de los estudiantes de todas las las facultades se expresó -con la exigencia de dimisión del rector- la diferencia entre una «universidad democrática» en la que todos los gremios y todos los funcionarios sean democráticamente controlados por cuantos trabajan en ella, y la existente universidad de los catedráticos, la cual cubre antidemocráticamente las decisiones del rector mediante la voluntad corporativa de los gremios académicos. Aunque las personas directamente afectadas por el asunto Krippendorff se mostraron dispuestas a aceptar un compromiso (Krippendorff recibió una beca para su habilitación profesoral), no por ello quedó superada la crisis de la FU.

" Cuerpo intermedio es el. conjunto de los profesores no-numerarios.

Gran parte de los estudiantes se había dado necesariamente cuenta de lo muy dispuesta que estaba la administración académica a impedir las actitudes políticas del estudiantado y de sus representantes que no le resultaran agradables. Y los representantes estudiantiles se dieron cuenta por vez primera de lo importante que era para el resultado de su trabajo el con tal' con el apoyo concreto de los estudiantes. Durante las últimas pugnas habían recuperado el contacto con el estudiantado, antes perdido por culpa de una política de gabinete y negociación con el rector, carente de publicidad y de discusión abierta. Las protestas de los estudiantes obligaron a la burocracia universitaria a salir a la luz pública con sus argumentos, lo cual era importante, aunque aquella burocracia reforzara de nuevo su posición tradicional. Una vez expuestos en público, fuera de las sesiones secretas del senado, los argumentos de la administración universitaria revelaron a la mayoría de los estudiantes su naturaleza irracional y antidemocrática. De este modo percibieron claramente los estudiantes que sus representantes en los gremios académicos iban de derrota en derrota no por falta de argumentos, sino por su situación de impotencia institucional. Se ponía de manifiesto la discrepancia entre pretensión racional y poder institucional. También resultó claro que una gran parte de la prensa considerada democrática rechazaba las democráticas reivindicaciones de los estudiantes y se ponía inequívocamente del lado de «la calma y el orden».

EL «SEMESTRE DEL VIETNAM» (SEMESTRE DE INVIERNO, 1965-1966)

No hay acontecimiento político que haya tenido en las discusiones y en la politización de los estudiantes una función tan importante como la de la guerra del Vietnam. La ocupación con esa guerra iba a producir el primer choque masivo con el poder del orden extrauniversitario. Ya antes, ciertamente, había habido fuera de la FU acciones y actos estudiantiles con motivo de temas políticos. (En 1958 diversos grupos estudiantiles pacifistas y de orientación izquierdista habían organizado en Berlín un «Congreso atómico» contra el armamento nuclear, y en diciembre de 1964 estudiantes alemanes y africanos se manifestaron contra la visita de Moisés Chombé, así como contra la semana de África de Sur, en marzo de 1965. Pero la discusión de los crímenes de un país de pretensiones democráticas, los crímenes de los Estados Unidos en el Vietnam, fue un motor decisivo del movimiento estudiantil. Desde el semestre de verano de 1964 el SDS particularmente había desarrollado una intensa campaña de explicación e información acerca del Vietnam. Películas, mesas redondas y, particularmente, exámenes de la prensa, actos en los cuales se comparaban las informaciones de periódicos extranjeros con las de los de Alemania occidental, contribuyeron a que la discusión sobre la guerra de Vietnam tuviera mucho espacio y mucha base en el estudiantado. El rectorado no fue el único en intentar impedir esos actos, exigiendo, por ejemplo, al SDS la satisfacción de cada vez más requisitos formales; sino que también la ciudad de Berlín y su prensa lanzaron una campaña contra aquel compromiso político; la campaña culminó provisionalmente en un atentado el 28 de enero de 1966: una bomba estalló en la residencia de la TU donde se celebraba una discusión sobre el Vietnam. La prensa de Berlín quitó importancia a la bomba y aprovechó en cambio la ocasión para polemizar contra el contenido del acto, yeso convenció ya a muchos estudiantes de la necesidad de sacar su compromiso político del círculo de los seminarios y llevarlo a la ciudad misma. Confirmados en sus convicciones por la cínica acción de la Campana de la Libertad de los editores de periódicos berlineses (navidades de 1965) y por la afirmación oficial, constantemente repetida, pero no por ello más convincente, de que los norteamericanos defienden en Vietnam la libertad de Berlín, varias agrupaciones estudiantiles decidieron organizar una manifestación contra la guerra del Vietnam el 5 de febrero de 1966 y en la misma city berlinesa. Durante la noche fueron detenidos cuatro estudiantes del SDS mientras pegaban carteles en las paredes. Los carteles decían que los gobiernos de Alemania occidental y de Berlín-oeste apoyan el genocidio del Vietnam, y que evidentemente ese crimen resulta perfectamente compatible con el sistema democrático de esos estados. Todavía estaban detenidos los cuatro estudiantes cuando se disolvió la gran manifestación y unos cuantos centenares de manifestantes se dirigieron a la Casa Americana para organizar ante ella una sentada. Unidades de la policía intentaron dispersarlos por la fuerza. Hubo manifestantes heridos. Seis huevos fueron lanzados por la muchedumbre contra la fachada de la Casa Americana.
La prensa de Berlín había hablado de la bomba lanzada contra los estudiantes poco tiempo antes como si se tratara de una bengala de Nochevieja; pero aquellos seis huevos lanzados contra un mero edificio desencadenaron el pánico del Berlín oficial y se convirtieron en tema de titulares y artículos de fondo. El alcalde y el rector de la FU escribieron devotas cartas de disculpa al comandante americano de la ciudad y se colocaron así abiertamente al lado de la política genocida del gobierno norteamericano. Tres días más tarde se celebró una contrademostración organizada por la CDU ante la Casa Americana. Intervinieron en ella unas 150 personas, y el acto permitió apreciar hasta qué punto están ya fascistizadas partes de la población de Berlín, por la prensa y por las palabras de los políticos, particularmente las del representante del gobierno federal, Ernst Lemmmer. Personas que criticaban la manifestación fueron golpeadas por manifestantes de la CDU, empujadas hasta la estación del metro y obligadas a comprar billete «para el otro lado»; al final las arrastraron de los cabellos por el andén. Por primera vez experimentaron los estudiantes en su propio cuerpo qué significa la «particular situación» de Berlín, con la cual ya antes se les había amenazado. Los estudiantes tuvieron que darse cuenta de que en Berlín no es posible manifestarse más que por un aspecto de la libertad y contra una sola forma de la libertad, y notaron también que la «idea fundacional» de la FU se ha interpretado en un sentido que ellos, precisamente, no están dispuestos a aceptar, a saber, en el sentido de que la FU, nacida como universidad de lucha anticomunista, no tiene más libertad que la que deriva de la libertad de la universidad Humboldt.
La administración universitaria intentó aplastar definitivamente el incipiente proceso de politización de los estudiantes. El 16 de febrero de 1966 el senado académico decidió no autorizar ningún acto político más en los locales de la universidad. Con ello violó el reglamento universitario, el cual pone explícitamente a disposición de las agrupaciones estudiantiles locales para su trabajo de formación política. El AStA dimitió en protesta contra esa resolución y apeló ante el senador titular de los asuntos científicos y artistas de la ciudad. 'También criticó al senado el profesor Sontheimer, responsable del senado mismo para las cuestiones de formación política universitaria. Y al ofrecer su dimisión, la autoridad académica lo destituyó.

EL SEMESTRE DE LA EXMATRICULACIÓN FORZOSA *
(SEMESTRE DE VERANO DE 1966)


La presión sobre los estudiantes fue aumentando a continuación por todas partes; las campañas contra ellos y las restricciones políticas se reforzaron mediante una medida universitaria interna que afectaba a la situación de trabajo de los estudiantes. Las Facultades de Derecho y de Medicina decidieron en la primavera de 1966 intensificar la exmatriculación forzosa o introducida en la facultad en que aún no existía. Esta «reforma de los estudios» significaba para los estudiantes la necesidad de terminar más deprisa un estudio cuyas deficiencias de contenido y de organización seguían, en cambio, sin reformar. De no acelerar su estudio, se encontrarían en peligro de tener que interrumpir, sin terminada, la formación académica. Las reivindicaciones estudiantiles de reforma de los estudios, que querían transformar precisamente la estructura material y organizativa de los plaanes y las materias de estudio, recibían así de la autoridad académica la respuesta de una tremenda presión sobre los resultados administrativos del trabajo. El rector prohibió con una argumentación jurídico-formal el medio democrático, aunque meramente declamatorio, que se quiso esgrimir contra aquella restricción intolerable, a saber, una votación p1ebiscitaria en asamblea general de los estudiantes. La pugna se agudizó al reprochar el rector, durante la fiesta de apertura de matrícula, a las palabras del presidente del AStA «semiverdades y falsedades»; la representación estudiantil, apoyada por los estudiantes presentes, abandonó la sala en señal de protesta. Los profesores miembros del senado universitario habían decidido ya, en una sesión celebrada sin convocar a los representantes universitarios, no asistir a la solemnidad; los miembros estudiantiles del senado universitario dimitieron entonces en protesta contra ese comportamiento.

*Abandono obligado de los estudios tras un determinado número de semestres sin presentarse a examen final (equivalente a licenciatura en países latinos). Medida que rompe con la tradición liberal humboldtiana de la universidad alemana, en la cual el estudiante podía componer libremente (dentro de ciertos límites) su curriculum.

El AStA se dirigió directamente al estudiantado, el cual discutió en asambleas generales el modo de dar respuesta a aquella medida coactiva. Durante la tarde del 22 de junio de 1966 se reunieron más de 3,000 estudiantes bajo las ventanas de la sala del senado académico. Como los miembros estudiantiles del senado habían roto el secreto de la sesión publicando el (también secreto) orden del día, los reunidos pudieron discutir públicamente en su asamblea los mismos problemas que estaba discutiendo secretamente el senado. Delegaciones elegidas por la asamblea invitaron al rector y a los senadores universitarios a que participaran en la discusión pública, para discutir sus resoluciones ante los afectados y con ellos. Los profesores se negaron a ello, los estudiantes penetraron en el edificio y comenzaron una sentada. La discusión, que continuó dentro, se interrumpió al aparecer el rector para aludir a una conversación futura con representantes estudiantiles y pasar luego a exhortar a los estudiantes a que se marcharan a sus casas. Pero la asamblea decidió seguir sus discusiones. Se organizó con varios profesores y ayudantes un teach-in que duró hasta medianoche. Hacia las 22 los portavoces estudiantiles en el senado académico comunicaron que éste había retirado en toda regla su resolución de no autorizar más actos políticos en los locales de la FU. Lo que no habían conseguido la táctica ni las negociaciones secretas de los representantes estudiantiles había sido obra de una sola manifestación maaiva de los ciudadanos estudiantes. La sentada terminó con la exigencia de unas comisiones paritarias para la reforma de los estudios y con la resolución siguiente:

Resolución del 22 de junio de 1966, votada por los estudiantes de la FU de Berlín reunidos para la sentada de esta fecha.
No luchamos sólo por el derecho a estudiar más tiempo y por el de poder manifestar más intensamente nuestra opinión. Eso es sólo una parte de la cuestión. Se trata además de que las decisiones que afectan a los estudiantes se tomen democráticamente y con intervención de ellos.
Lo que está ocurriendo aquí en Berlín, al igual que en la sociedad, es un conflicto cuyo objeto central no es ni un estudio más largo ni más vacaciones, sino la anulación del dominio oligárquico y la realización de la libertad democrática en todos los ámbitos sociales.
Nos oponemos a todos los que desprecian el espíritu de la constitución por modos diversos, incluso cuando fingen encontrarse en el terreno de la constitución misma.

Se trata de ver la cuestión de la libertad en la universidad como un problema que rebasa el marco universitario. Por esta razón el estudiantado comprende la necesidad de colaborar con todas las organizaciones democráticas de la sociedad para imponer sus reivindicaciones.
La Convención se adhirió a las reivindicaciones del sil-in en un memorándum; el rector y el senado académico aceptaron la formación de comisiones para la reforma de los estudios, pero se negaron a constituir sobre base paritaria la comisión central a nivel de universidad. Aunque la representación estudiantil veía clara· mente que seguiría subsistiendo el peligro de una constante situación minoritaria de los estudiantes, a causa de la intensa dependencia de los ayudantes respecto de los catedráticos, acabó por adherirse a la concesión senatorial de comisiones formadas por representantes de los estudiantes, del cuerpo intermedio y de los catedráticos.

EXTENSIÓN DEL CONFLICTO A LA CIUDAD EN EL SEMESTRE DE INVIERNO,
1966-1967

Hasta el semestre de invierno 1965-1966, las protestas de los estudiantes se habían limitado a la defensa de derechos democráticos formales; esas protestas se habían encendido con ocasión de «casos» sueltos o individuales, terminados los cuales los estudiantes protestatarios habían vuelto de nuevo a dedicarse a su estudio especializado. La prohibición general de todos los actos políticos -prohibición cuyo unilateral sentido contra los actos sobre el Vietnam organizados por determinados grupos estudiantiles estaba claro para la mayoría de los 'estudiantes- hizo por fin que muchos estudiantes se interesaran por los contenidos de aquellos actos y que llegaran así a tomar actitud contra la administración universitaria, que les negaba mayoría de edad, y a comprometerse con las cuestiones políticas mismas, particularmente la del Vietnam. A todo eso se añadía como acontecimiento universitario central la cuestión de la exmatriculación forzosa, la cual amenazaba materialmente a los estudiantes en su anticipada existencia profesional; los estudiantes se vieron obligados a defenderse dentro de In universidad misma contra las medidas de la universidad. En la sentada del 22 de junio se dieron cuenta de cuál era su única posibilidad en el intento de proceder, aunque con éxito sólo relativo, contra aquella amenaza: tomar consecuentemente en sus propias manos sus intereses, puesto que en el curso de los años había quedado de manifiesto la inutilidad de dejar que sus representantes, con la delegación de todos sus problemas, lucharan solos contra la burocracia universitaria.
Esta nueva autónoma actividad de los estudiantes acarreó un nuevo «escándalo» el 26 de noviembre de 1966. En una concesión muy tardía a cierta reivindicación de la anterior sentada, el rector entró en discusión con estudiantes acerca de problemas de la universidad y la enseñanza superior. Luego de contestar el rector, equívocamente y rehuyendo las cuestiones, a concretas preguntas e intervenciones polémicas, declarándose a veces incompetente, o repitiendo que estaba discutiendo como ciudadano, y no como rector, cuando iban más de dos horas de sesión, algunos estudiantes distribuyeron una octavilla cuyo pronóstico -«nada podemos esperar de esta conversación»- se había cumplido ya en aquel momento. El rector y el presidente del AStA abandonaron la sala cuando los que repartían las octavillas utilizaron el micrófono para leerlas:

Nada podemos esperar de esta conversación.
La miseria de la universidad es la miseria de los que tienen que estudiar en ella.
La situación de la FU es insoportable para nosotros, los estudiantes.
Hemos de ir tirando en malas condiciones de trabajo, con míseras lecciones magistrales, con seminarios estúpidos y con absurdas normas de examen. Si nos negamos a que unos profesorales idiotas especializados hagan de nosotros más idiotas especializados, pagamos el atrevimiento con el peligro de tener que dejar los estudios sin concluirlos.
La administración y el senado declaran que la miseria de la universidad es miseria del estudiante individual, no para liberar a los estudiantes, sino para librarse de ellos. Responden a la exigencia social de más out-put de especialistas adaptables mediante la reglamentación del estudio, agravada por la amenaza de la exmatriculación forzosa. El que en esta situación invoca la autonomía de la universidad no lo hace sino para confundir. La regimentación del estudiantado aniquila, junto con los restos del estudio liberal, la ilusión de autorrealizarse. En la fábrica «universidad» el estudiante ha de conseguir sus papeletas, y durante el fin de semana podrá entregarse como hombre privado al aprendido humanismo.
El que no se contente con ello verá convertirse en certeza la exclusión de la universidad, pues este proceso de conformación es agresivo, y la regimentación no respeta las reservas tradicionales.
Hace cinco meses nos cansamos de la ciega arrogancia con la cual la administración y el senado pasan por alto nuestras dificultades. Hace cinco meses pareció también claro que el estudiantado no puede esperar ya la solución de sus problemas más que de sí mismo. Pero luego nos quedamos por detrás de nuestras reivindicaciones. La acción de protesta se convirtió en sesión solemne y aún esperábamos seriamente que la representación estudiantil de la Convención, en realidad ya integrada, fuera capaz de representar enérgicamente nuestras exigencias y de resolver prácticamente nuestros problemas.
La representación estudiantil no puede actuar más que en el marco que le ha sido concedido por la autoridad. En el cuerpo a cuerpo con las autoridades hace concesiones a costa de nuestras reivindicaciones. y ahora, al cabo de cinco meses de colaboración, el AStA nos convoca a esta conversación con el rector, durante la cual el hombre atiende lleno de comprensión al público mientras que el funcionario espera avergonzado en el rincón.
Nada podemos esperar de esta conversación.
Nada cambiará en nuestra situación mientras no se organicen aquellos a los que realmente afecta
aquellos que dejan la universidad o son eliminados de ella
aquellos que ya no aguantan esta FU
aquellos que no quieren ya compromisos con ella aquellos que se niegan conscientemente.

Comité provisional preparatorio de una autoorganización estudiantil.

26 de noviembre de 1966.

El AStA no se hizo responsable del tipo de la protesta, la cual, según él, había impedido «que la discusión con el rector mostrara una vez más a la opinión pública la incapacidad de la universidad para emprender una autorreforma desde su estructura actual»; pero explicó aquella acción por la justificada decepción de los estudiantes «ante la incapacidad de la universidad para la resolución de los problemas de la reforma de los estudios» .
Como los periodistas habían identificado entre los que repartían las octavillas a varios miembros del SDS que, además, llevaban en la solapa la insignia de los guardias rojos de Mao Tse-tung, toda la prensa de Berlín coincidió en la interpretación del incidente: «Los discípulos de Mao impiden la discusión en la FU» (Morgenpost); «El motor de la revolución» se encuentra en «una comuna con amor libre y escuela de partido» (Der Abend). El rector exigió entonces al SDS los nombres de los que habían intervenido; el SDS se negó para no convertirse en denunciante en favor de un derecho disciplinario que recusaba por principio.
En aquella fase la anterior teoría que atribuía el movimiento estudiantil a la infiltración comunista desde la RDA tuvo que ceder su lugar a otra según la cual los estudiantes «izquierdistas» de la FU estaban dirigidos por miembros de la embajada china en Berlín-este. (Esta teoría alcanzó el punto culminante de su absurdo durante la acción contra el vicepresidente norteamericaano Humphrey.)
También durante una discusión con el embajador de Vietnam del Sur se esgrimió el fantasma de los «guardias rojos» de la FU para desdibujar la evidente incapacidad del embajador y el carácter antidemocrático de los actos oficiales. El 6 de diciembre de 1966 se celebraron dos actos simultáneos en la FU sobre el tema del Vietnam; en el auditorium maximum el SDS pasó ante 600 espectadores películas acerca de la guerra, procedentes de los Estados Unidos y del Frente Nacional de Liberación de Vietnam del Sur, mientras que en un aula vecina discutía el embajador del Vietnam del Sur, invitado oficial, con algo menos de 100 estudiantes. Se rechazó una invitación del SDS a unir los dos actos, pero el embajador comunicó que después invitaría a los espectadores de al lado a una discusión. Esta discusión tuvo ratos tumultuosos, porque el embajador no contestaba por el contenido ni una sola pregunta y porque el director oficial de la discusión impedía por la fuerza que hablaran los que planteaban preguntas incómodas. Aunque el rectorado había enviado al acto tres observadores oficiales, tomó sin más la versión de la prensa, según la cual los estudiantes no estaban interesados en ninguna discusión, sino sólo en armar un tumulto, y así se sumó a la campaña de difamación contra los estudiantes críticos.
Cuatro días más tarde, el 10 de diciembre de 1966, la campaña por el desarme organizó una manifestación contra la guerra del Vietnam. El jefe superior de policía -de acuerdo con la democrática tradición y con un decreto de febrero de 1966 que cerraba la city para actos públicos- aprobó un itinerario trazado por una vía de circunvalación siempre vacía, con objeto de no perturbar la circulación en el casco urbano (y acaso también, según una frase del posterior alcalde Albertz, para poder operar sin estorbos»). A pesar de ello una gran parte de los más de 2.000 manifestantes intentó llegar al Kurfürstendamm; unidades reforzadas de la policía los rechazaron a golpes de porra hasta la vía prescrita. Luego de la manifestación, que transcurrió «reglamentariamente», unos centenares de manifestantes se reunieron ante el café Kranzler, revistieron un árbol de navidad con la bandera de los Estados Unidos, le colgaron la inscripción «Pequeños burgueses de todos los países, uníos», e intentaron quemar unas cabezas de cartón-piedra de Johnson y Ulbricht. Sin que se oyera ninguna conminación previa, la policía atacó con las porras, apaleó a los manifestantes, rompió las pancartas y detuvo a más de 80 personas.
El AStA protestó en la carta de felicitación a Heinrich Albertz por su nombramiento de alcalde. Algunos manifestantes lesionados emprendieron el 17 de diciembre una «manifestación-paseo» por el Kurfürstendamm; querían poner a prueba nuevas formas de protesta que impidieran a la policía proceder tan agresivamente como hasta entonces contra los manifestantes. La provocación consistía en que los estudiantes se dispersaban cada vez que aparecían los guardias y organizaban pocos minutos después una nueva «concentración», con lo que la policía atacaba siempre al vacío. Como «a veces era difícil distinguir entre transeúntes inocentes y manifestantes del SDS» (Tagesspiegel), más de la mitad de los detenidos aquella tarde eran transeúntes, incluso mujeres y niños, además de dos periodistas.
El esfuerzo del senado berlinés por quebrar con la violencia policíaca el compromiso político de los estudiantes se complementó con la coacción económica. Todos los estudiantes de Berlín se enteraron el 10 de enero de 1967 de que a partir del semestre de verano tendrían que pagar una matrícula global de 160 DM (la media anterior en la FU era de 135 DM). Esta medida afectaba sobre todo a los estudiantes de la Escuela Superior de Pedagogía, que no habían pagado hasta entonces derechos de matrícula. Por eso hubo tres días de huelga en aquel centro y se discutió la posibilidad de un boicot a la caja. Ya antes había intentado el senador de hacienda de la ciudad impedir un aumento del presupuesto del AStA de la FU. En enero, la administración de la ciudad volvió a interesarse por el bolsillo del estudiantado. El 18 de enero de 1967 el Curatorio de la FU, bajo la presidencia del alcalde, bloqueó el pago de una partida destinada a la autoadministración estudiantil, que importaba 160.500 DM. El alcalde Albertz había dicho poco antes, comentando una nota del periódico universitario FU-Spiegel en la que se criticaban sus métodos policíacos, que «les vamos a cerrar el grifo de dinero del estado con el cual chapuceaban su periódico tabernario».4 El AStA protestó contra ese intento de coaccionar políticamente a los estudiantes. Aquel mismo día la VDS,* sección Berlín, había presentado solicitud para una manifestación contra la subida del precio de las matrículas, y el jefe superior de policía la rechazó basándose en los «excesos» del pasado. La VDS celebró entonces su acto de protesta en la mayor aula de la TU. La asamblea estaba deliberando acerca de si pasar o no a una manifestación cuando unos estudiantes llegaron con la información de que seis colegas habían sido detenidos en la city por protestar con pancartas contra el hecho de que el canciller federal Kiesinger se permitiera depositar una corona ante el monumento a las víctimas del fascismo.** Pero la asamblea no se decidió a contestar a la prohibición anticonstitucional de la manifestación y a las detenciones ilegales con acciones correspondientes.
El 26 de enero de 1967, 15 funcionarios de la policía política registraron las oficinas del SDS. El pretexto era una querella (por injurias) de cuatro profesores de la FU contra la octavilla del 26 de noviembre de 1966 (que contenía la expresión «idiotas especializados»). El mandamiento judicial de registro estaba firmado 12 días antes. Evidentemente la policía había esperado que el SDS «soliviantara» a los participantes en la reunión de la VDS del día anterior en la TU para que violaran la prohibición de manifestarse. Esto les habría permitido utilizar sin limitación alguna el mandamiento de registro. Pero como el SDS no satisfizo su expectativa, la policía tuvo que realizar su razzia en una situación políticamente desfavorable. El mandamiento judicial decía que los funcionarios tenían que estudiar las máquinas de escribir y demás matrices para averiguar el origen de la «octavilla de los idiotas especializados». Pero no prestaron atención, sino muy superficialmente, a nada de eso: lo que les interesaba era el fichero de miembros, y lo confiscaron efectivamente; la explícita protesta del abogado del SDS consiguió que antes se sellara el fichero. A la mañana siguiente se concentraban espontáneamente más de 3.000 estudiantes en la FU para manifestarse contra la acción policíaca. Entre los oradores que exigieron la devolución inmediata del fichero y una investigación del incidente se encontraban también algunos profesores. La asamblea decidió manifestarse al día siguiente por la mañana -inauguración de un nuevo instituto- y por la tarde en el casco urbano. La prensa de Berlín fue esta vez reservada, pues el BZ* había propuesto poco antes que no se aplicara «el martillo pilón» contra estudiantes indisciplinados, sino que se expulsara simplemente a un par de «rebeldes». El alcalde Albertz tuvo que someterse a las incómodas preguntas de algunos periodistas americanos que habían llegado a Berlín, junto con importantes personajes de la Ford-Foundation, para la inauguración del John F. Kennedy Institut. y así ocurrió que en la inauguración misma no hubo más que unos pocos policías de la circulación para los 1.000 manifestantes. Más tarde se reunieron el alcalde y el AStA en una conversación en el curso de la cual Albertz declaró que la confiscación del fichero del SDS y las denuncias de los profesores habían sido actos lamentables e impropios. Autorizó además parra aquella tarde una manifestación en el Kurfürstendamm, en la que participaron más de 3.000 estudiantes. Además de algunos escritores, habló en la manifestación un representante del IG Metall,* que se solidarizó con los estudiantes. Con esa manifestación el poder político anulaba, sin duda, la prohibición de manifestarse en el centro, pero no lo hacía por una nueva visión democrática, sino para evitar, por razones tácticas, molestas materias conflictivas.

4. Bild, Berlín (13 enero 1967).

* VDS: Verband Deutscher Studentenschaften [Asociación de Estudiantes de Alemania]. la organización federal techo de los entes sindicales estudiantiles locales.

** El canciller federal alemán Kurt Georg Kiesinger fue miembro del partido nazi y funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores durante la época fascista.

* Bild-Zeitung, el periódico más vendido del magna te de la prensa alemana Axel Springer, contra cuya manipulación de la opinión se han manifestado repetidamente los estudiantes alemanes.
LA COOPERACIÓN ENTRE LA ADMINISTRACIÓN DE LA CIUDAD
Y LA UNIVERSITARIA, PRIMAVERA DE 1967

El 6 de abril llegó a Berlín el vicepresidente de los Estados Unidos Humphrey. El AStA convocó mediante una octavilla a tributar «las ovaciones que se merece el representante del poder que de modo tan impresionante eficaz defiende la libertad de Berlín en Vietnam y en otros países». La víspera de la visita de Humphrey fueron detenidos en una casa de Berlín varios miembros del SDS mientras preparaban bombas de humo y bolsas de plástico llenas de harina y flan. El servicio de prensa de la policía comunicó aquella misma tarde que la comunidad estudiantil conocida por el nombre de «Comuna» se había «reunido en circunstancias conspirativas» para preparar «atentados contra la vida o contra la salud del vicepresidente norteamericano Hubert H. Humphrey por medio de bombas». Aunque los materiales de la «conspiración» estaban a la vista y la policía confesó que hacía ya varios días que estaba informada de las intenciones de aquel grupo, lanzó al mundo la falsa noticia del «atentado», y la prensa la recogió gustosamente: «Se planeaba un atentado con bombas contra el vicepresidente de los EE.UU.» (Bild, Berlín); «Los estudiantes preparaban un atentado contra Humphrey» (Bild-Zeitung); «La brigada criminal evita un atentado contra Humphrey» (Morgenpost); «La embajada de Mao en Berlín-este suministró las bombas para el atentado contra el vicepresidente Humphrey» (Der Abend).

* IG Metall: Industrie-Gewerkschaft Metall [el sindicato metalúrgico].

Es imposible considerar casuales la falsa noticia y su rápida difusión por la prensa. Se trataba, teniendo en cuenta las manifestaciones estudiantiles sin duda inminentes, de manipular a la población para que aclamara más intensamente al político norteamericano, y, por otra parte, de facilitar a la prensa la tarea de difamar y calificar de terrorista toda manifestación contra la guerra del Vietnam con ocasión de la visita de Humphrey. Pero como las manifestaciones contra Humphrey discurrieron, casi sin excepción, por cauces legales y los conspiradores del «atentado» tuvieron que ser puestos en libertad muy pronto, con 10 que, «desgraciadamente», no hubo pretexto alguno para intervenir con la violencia del estado, la prensa y los partidos exhortaron a la autoridad académica a proceder con su derecho disciplinario contra los perturbadores del orden y a volver a examinar definitivamente si el SDS era realmente digno de promoción.'·' El alcalde solicitó del AStA que se distanciara de las acciones de la Comuna; el AStA contestó con una condena de la acción de la Comuna contra Humphrey, pero, al mismo tiempo, con una enérgica protesta contra la policía que había aprovechado la ocasión «para mover a la opinión pública contra la minoría de oposición por me· dio de falsedades conscientemente manipuladas». Seguía diciendo el AStA: «Las acciones de protesta son sumamente necesarias cuando el alcalde, en nombre de la población de Berlín y basándose en afirmaciones históricamente falsas para hablar de "agresión comunista" aprueba explícitamente la guerra intervencionista de los Estados Unidos en el Vietnam, condenada por otras potencias protectoras de Berlín». Esa declaración provocó una crítica muy violenta, porque se interpretó como una manifestación de simpatía por el «atentado». El alcalde, para contribuir a la «depuración» de la FU, entregó al rector, durante una sesión del Curatorio, una lista de nombres de estudiantes vistos en las manifestaciones, para que pudiera «ponerse en marcha la jurisdicción disciplinaria de la universidad». En aquella misma sesión el Curatorio retiró del presupuesto del estudiantado una subvención de 47.700 DM, por «la difícil situación financiera general». Esa explicación era inverosímil porque ese dinero se imputaba a un fondo de reserva de la administración universitaria. El AStA protesto sin resultado.

*Según la legislación universitaria alemana, aprobada a raíz de la derrota del nazismo, las asociaciones políticas estudiantiles tienen reconocida por el estado una función de educación política, y son estatalmente promovidas con medios económicos. Todas las asociaciones de este tipo están incluidas bajo esa norma, incluso las de los partidos políticos.

Durante la sesión del senado académico del 19 de abril de 1967 el AStA organizó en el mismo edificio una sesión informativa en la cual los estudiantes discutieron puntos del orden del día del senado, más el problema de la concentración de la prensa de Berlín y de su modo de informar, así como la acción contra Humphrey. Se incluyeron además en el orden del día de la reunión estudiantil la cuestión de la disminución del presupuesto del estudiantado, la entrega de «listas. negras» al rector, el cual,al aceptarlas, se convertía en instrumento de las fuerzas que querían restablecer la calma y el orden con medios cualesquiera -y eso representaba la renuncia a la autonomía universitaria, tantas veces proclamada por él mismo-, el examen de la promocionabilidad del SDS por el senado académico, la jurisdicción disciplinaria, la cuestión de la reinscripción, que habla producido una pugna entre el AStA y el rectorado, pues este, sin avisar siquiera, había aumentado la penalidad por el retraso en ese requisito administrativo de 5 a 20 DM, y el incidente, que se preveía, de la prohibición de una reseña de un seminario. Desde febrero de 1966, en efecto, aparecían en el FU-Spiegel reseñas de clases magistrales y de otros actos docentes, en los cuales los estudiantes examinaban críticamente los contenidos y los métodos de la enseñanza. Se reseñó, entre otras cosas, un seminario del catedrático de derecho político Fraenkel; se envió a éste una copia de la reseña. Fraenkel interpuso entonces una moción dirigida al senado académico, el cual la incluyó en el orden del día bajo el rótulo de «Moción de un miembro del cuerpo docente para conseguir protección contra los ataques de las publicaciones estudiantiles». El profesor Fraenkel declaraba que su seminario era un seminario de investigación, y que la reseña era consiguientemente una intromisión en la libertad de la investigación. El AStA no aceptó la oferta de compromiso del profesor Fraenkel -no publicar la reseña y retirar él su moción- porque estaba interesado en que se produjera una decisión del senado, en que se publicara la reseña y en que se organizara una discusión pública al respecto.
La reunión empezó con varios informes y ponencias de discusión. Hacia las 21 se supo que el senado académico había prohibido que se reseñaran «seminario~ de investigación». Durante una pausa de la discusión los estudiantes se dirigieron al atrio del edificio Henry Ford; el senado comunicó entonces al primer presidente del AStA que los estudiantes tenían que volver inmediatamente al auditorium maximum bajo pena de procedimiento disciplinario contra él. El presidente del AStA dio por terminada la sesión oficial; los estudiantes reunidos eligieron entonces -y ahora ya como asamblea autónoma de protesta- una nueva mesa para dirigir la discusión y empezaron la segunda sentada de la historia de la FU. Hacia las 23.30 apareció el rector, con algunos senadores, ante la asamblea, y amenazó con llamar a la policía para disolverla. Se le pidió que se quedara para participar en la discusión, pero no contestó. Poco antes de medianoche penetraron unos 50 policías en el edificio y conminaron a los estudiantes a que abandonaran el atrio; los estudiantes se negaron y los policías empezaron a acarrearlos fuera uno por uno. Como los estudiantes opusieron una resistencia pasiva, la policía interrumpió su acción a los pocos minutos. La asamblea se disolvió media hora más tarde, tras haber limpiado el atrio. Al día siguiente el rector canceló el contrato de los dos presidentes del AStA y el presidente de la Convención como auxiliares estudiantiles, y comunicó a la opinión pública que se iniciaban expedientes disciplinarios contra esos tres y otro representante estudiantil más, así como contra un miembro del SDS, por su participación en el sit-in.
La administración había aferrado, como es habitual en ella, unos pocos estudiantes conocidos para aislarlos y castigados ejemplarmente como «cabecillas». El rector estaba dispuesto a dar pasos mucho más graves para terminar con la agitación de los estudiantes; estaba dispuesto a proceder a expulsiones en masa, a cerrar la universidad y a admitir el nombramiento de un comisario estatal. El estudiantado se opuso a esa reglamentación y violación de su autoadministración pronunciando un voto de confianza en favor del AStA y de su política en una asamblea general. El rector intentó influir en la formación de la opinión de los estudiantes. Personalmente realizó un «viaje electoral» por las aulas llamando a los estudiantes a votar contra el AStA. En esa operación llegó a prometer que anularía los expedientes disciplinarios contra los representantes estudiantiles si los estudiantes votaban contra ellos. Este inequívoco abuso del derecho disciplinario para el sucio cambalache político probó una vez más la falta de sentido de aquel derecho, el cual, evidentemente, no sirve más que para penar a los estudiantes que no se sometan acríticamente a su universidad.
Otro participante en la sentada, que no era estudiante, se vio penalizado por medio de la ley sobre extranjeros. El jefe de policía comunicó al escritor Reinhard Lettau, ciudadano norteamericano que había sostenido una aguda polémica contra la policía y la prensa de Berlín, que su permiso de residencia quedaba reducido por haber excitado contra la policía. Pero la protesta en masa de científicos y artistas consiguió que se retirara la orden de expulsión.
El 26 de mayo de 1967 la representación estudiantil oficial, en la forma de una resolución de la Convención, tomó por vez primera posición ante la guerra del Vietnam. Por 31 votos a favor y 17 en contra la Convención condenó «al gobierno de los Estados Unidos y a los gobiernos dependientes de él por crímenes contra el pueblo del Vietnam y contra sus propios pueblos», exigió la suspensión incondicional de los bombardeos de Vietnam del Norte y la inmediata evacuación de Vietnam del Sur por las tropas norteamericanas, viendo «en el FNL del Vietnam del Sur al representante hoy más fidedigno de los intereses del pueblo vietnamita ál sur de la línea de demarcación [...]».
A principios de mayo la Comuna había distribuido varias octavillas firmadas SDS que contenían insultos muy materiales dirigidos contra los gremios académicos. La prensa les prestó un eco histérico, particularmente a una octavilla que llamaba satíricamente a incendiar supermercados para facilitar a los berlineses «la sensación del Vietnam». Aunque la presidencia del SDS suspendió a los miembros de la Comuna -y los expulsó más tarde- por su conducta arbitraria, no discutida en la Liga, el senado académico nombró finalmente su comisión para examinar de nuevo la promocionabilidad del SDS; a raíz del informe de esta comisión, el senado académico abrió el 31 de mayo de 1967 el procedimiento de anulación de la promocionabilidad del SDS, pues, según opinaba la comisión, las negativas acciones perturbadoras del SDS pesan más que su aportación positiva a la formación política de los estudiantes. La Convención protestó y convocó una acción de protesta para el 3 de junio. El senador responsable del arte y la ciencia revocó esa resolución, basándose en que existía el peligro de que se perturbaran el acto de apertura de matrícula y la sesión del senado que se celebrarían aquel día. Aunque el presidente de la Convención consiguió que el tribunal administrativo anulara la prohibición, no llegó a celebrarse la asamblea de protesta.

EL 2 DE JUNIO DE 1967

La tarde del 10 de junio de 1967 el AStA y la asociación «Amigos de la publicística» celebraron una sesión informativa sobre Persia para posibilitar a los estudiantes una discusión de la inminente visita del shah. Al final de la sesión los estudiantes se manifestaron ante la misión militar checoslovaca para protestar contra la amistosa recepción del dictador persa en Praga.
El 2 de junio al mediodía se reunieron ante el ayuntamiento manifestantes y curiosos para saludar al shah. Un grupo de persas adictos al shah procedió con porras y largos palos contra los estudiantes. La policía asistió durante un rato inactiva a esos ataques, y luego hizo retroceder a los persas del shah y procedió a detener a manifestantes contrarios al shah Por la noche se manifestaron ante la Ópera de Berlín varios miles de estudiantes contra el shah. Entonces se produjeron los conocidos incidentes en el curso de los cuales, y aplicando el «principio de la longaniza» del jefe superior de policía, los guardias cortaron a los manifestantes toda retirada, tras de lo cual centenares de policías apalearon a los manifestantes. Funcionarios vestidos de paisano perseguían a los manifestantes que huían; uno de éstos, el estudiante Benno Ohnesorg, fue muerto a tiros por el policía Kurras en un aparcadero. Kurras fue más tarde declarado inocente del homicidio preterintencional de que se le acusaba, a pesar de que, o acaso porque, ni el tribunal ni la comisión parlamentaria de investigación pudieron o quisieron aclarar cómo había ocurrido el hecho.* En cambio, otro manifestante, Fritz Teufel, pasó más de seis meses en prisión preventiva sobre la base de las dudosas y contradictorias declaraciones -luego, como era de prever, destruidas- de dos policías.
El hecho increíble de la muerte a tiros de un manifestante y el modo cómo las instancias estatales y universitarias se sustrajeron a su responsabilidad, el cinismo con el cual el alcalde imputó la muerte del estudiante Ohnesorg a sus compañeros, todo eso provocó en muchos estudiantes una conmoción sin precedentes, además de un sentimiento de impotencia. Los estudiantes tuvieron que comprender que en las investigaciones que seguirían no se trataría de juzgar la operación paramiliitar de la policía, manifiesta para cualquier espectador y cuidadosamente planeada contra una minoría de manifestantes, sino que serían juzgados «excesos individuales» de arribas partes. En la prensa y en las declaraciones de los políticos los estudiantes, que habían protestado con medios no violentos, se convertían en terroristas y agresores culpables de los choques. Los estudiantes se dieron cuenta de que la administración académica y el rector no estaban dispuestos a defenderles de otras brutalidades futuras. Cuando el 3 de junio por la mañana varios centenares de estudiantes se reunieron ante el edificio Henry Ford, encontraron cerrada la FU. Formaron una procesión fúnebre y se dirigieron al centro de la ciudad. Unidades de la policía los rodearon y tras amenazarles con la violencia, apelando a una prohibición general de manifestaciones y reuniones, les obligaron a disolverse. También la tarde de aquel día, cunando más de 6.000 estudiantes se reunieron en el campus de la FU, acudieron nutridas fuerzas de policía cuyos oficiales amenazaron con disolver violentamente la concentración. El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales abrió su edificio a los estudiantes, dándoles así la posibilidad de discutir la situación en condiciones de relativa seguridad. La Convención recogió en una resolución el resultado de los debates:

* El autor entiende que en esas condiciones el tribunal podía favorecer al homicida a lo sumo con una absolución por insuficiencia de pruebas.

La Convención apela a la universidad:

1. El funcionamiento regular de la enseñanza se sustituye durante al menos una semana, por los profesores y los alumnos, por discusiones acerca de los temas siguientes:

a) los acontecimientos de los últimos días;

b) la ocultación de los hechos por los políticos, la policía y la prensa, y la importancia de esta manipulación de la consciencia pública;

e) el estado de excepción que existe de hecho en Berlín, las tendencias a suprimir burocráticamente la democracia y el terror ejercido por los órganos legales del poder ejecutivo; .
d) las posibilidades que tiene la universidad, como lugar de una ciencia que se entiende políticamente, de intervenir de un modo políticamente activo para restablecer, defender y desarrollar la democracia en Berlín.

Durante una semana estudiantes de la FU tomaron en sus manos el funcionamiento de casi todas las facultades, probando que eran capaces y estaban deseosos de hacer ciencia crítica, de discutir racionalmente los problemas, y que no entendían su estudio en el sentido que impone la estructura universitaria, en el sentido de una acumulación de saber factual. De las discusiones de aquella semana surgió el plan de una reforma de los estudios que la universidad no había sido capaz de intentar ella misma y bajo su propia responsabilidad. Los estudiantes fundaron una libre organización de los estudios, la universidad crítica, cuyas tareas capitales fueron indicadas por los fundadores mediante tres breves formulaciones:

1. Crítica permanente de la enseñanza superior y reforma práctica de los estudios.

2. Difusión e intensificación de la praxis política, ya en centros espontáneos de acción, ya en grupos políticos universitarios, ya en la representación estudiantil, con la ayuda del análisis y la crítica científicos.

3. Preparación de los estudiantes para la praxis de la política científica y social en sus futuras profesiones, y apoyo a la intelectualidad crítica que actúa en esos campos profesionales.

A comienzos del semestre de invierno de 1967-1968 la universidad crítica inauguró sus trabajos con más de 30 círculos; más tarde el estudiantado de la FU aprobó explícitamente, por voto de asamblea general, la institución de esa organización.
Como la muerte de un estudiante atrajo mucho la atención sobre Berlín, el senado de la ciudad y la policía no pudieron seguir permitiéndose, por el momento al menos, los métodos abiertamente brutales aplicados contra la minoría de oposición. Tuvieron que autorizar manifestaciones y limitaron el uso de las porras. Pero los tribunales berlineses siguieron procediendo contra los manifestantes, lejos de toda publicidad. Se inició una serie de procesos contra estudiantes en los cuales el mero hecho de la detención bastó muchas veces como prueba de la acusación. Contra otros estudiantes que habían repartido octavillas en forma de una parodia de orden de detención contra el fiscal general, la autoridad no se tomó siquiera la molestia de iniciar un proceso: se les penó administrativamente con tres meses de prisión sin fianza. En cambio, los persas al servicio del shah fueron absueltos en su mayoría: sólo dos fueron condenados por delito de lesiones, y no se dio curso a la denuncia contra ellos por desórdenes públicos, presentada por la Unión Humanista.
El nuevo gobierno de Berlín, destinado tal vez a representar para la galería una vuelta a las costumbres democráticas, resultó ser de la misma calidad que el anterior por lo que hace a la represión y la difamación de los estudiantes; con lo que quedó claro que el anterior senado no tuvo que dimitir por su comportamiento inauditamente antidemocrático, sino a causa de luchas internas entre grupos del partido socialdemócrata.

Category: , , ,

About GalleryBloggerTemplates.com:
GalleryBloggerTemplates.com is Free Blogger Templates Gallery. We provide Blogger templates for free. You can find about tutorials, blogger hacks, SEO optimization, tips and tricks here!

0 comentarios